EL RECICLAJE DE CAJAS



Empecemos recordando que somos la única especie capaz de exterminar la vida en el planeta. Nuestro antropocentrismo llega al extremo de considerar que somos la cúspide de la naturaleza y que todos los dones se encuentran a nuestro servicio. Sin embargo, olvidamos que el oxígeno que respiramos es el desperdicio del metabolismo de las plantas; las flatulencias de la vegetación son el fundamento de nuestra respiración. Lo que a unas especies les sobra es vital para otras y nosotros sólo somos uno de los eslabones de esta cadena vital.
La naturaleza no conoce los residuos contaminantes, la naturaleza recicla, reusa, convierte el desperdicio en insumo y condición para la vida, incluso la temible erupción volcánica tapiza de abonos minerales la tierra. Y cuando la vida ha estado al borde de la extinción, la vida siempre se impuso; contrario a lo que natura hace, somos nosotros la única especie que contamina y produce basura.
Hay en nuestra actitud hacia la vida, aquí en la tierra, una clave que nos conducirá a desaparecer o prevalecer, pero todo ello pasa por acciones cotidianas sencillas que reflejan nuestra actitud y compromiso, actitudes que van desde la elección de lo que consumimos hasta lo que hacemos con los desperdicios.
¿Qué tan difícil es ser más selectivos en el momento de comprar y consumir? ¿Qué tan difícil es separar los desperdicios en casa? ¿Qué tan difícil es entregarlos a quien hará buen uso de ellos?
Anotemos que no es este un problema exclusivamente nuestro ni local, es un asunto que incumbe a la humanidad. Además, hemos llegado a la conclusión que este problema tiene diferentes facetas, una de ellas es la tecnológica, otra la económica y hay más aspectos a considerar; pero quizá el más importante es la actitud, nuestra actitud, nuestro comportamiento, nuestra cotidianidad.
Por consiguiente, estamos ante un problema de cultura ciudadana de inmensa envergadura, el problema no está fuera de nosotros sino dentro, está en nuestra actitud y comportamiento. En otras culturas, los desperdicios son oportunidades, en la nuestra son un dolor de cabeza; en otras culturas los desperdicios generan riqueza, en la nuestra nos restan riqueza; en otras culturas, los desperdicios son materias primas, en la nuestra los enterramos.
A propósito de la conmemoración del Día Internacional de Reciclaje (UNESCO), reflexionemos y actuemos. Varias son las tareas que debemos abocar y varios los votos que debemos renovar:
- Leer y releer los manuales para aplicar e innovar en casa
- Consumir más natural y menos artificial
- Mercar en las plazas de mercado
- Llevar la bolsa de tela para mercar y evitar la bolsa plástica
- Separar en casa: al menos dos recipientes: orgánicos de un lado e inorgánicos del otro
- Enterrar los orgánicos en una matera con lombrices
- Apoyar las rutas selectivas
- Apoyar los centros de acopio zonales
Así como la naturaleza paso a paso nos ha ofrendado la vida y todas las condiciones para disfrutarla, así mismo nosotros, paso a paso, podemos preservarla y mejorarla; la clave es nuestra actitud, los pequeños actos que realizamos día tras día, la clave es nuestro comportamiento diario, cotidiano, permanente. Por ello deberíamos regirnos por varias consignas simples:
- “Separar es generar riqueza y preservar la vida”
- “Separar es generar oportunidades empresariales, bienestar y paz social”
-  “Cero residuos a Yotoco”
“Nuestros descendientes nos lo agradecerán”.
Ciudadanos y ciudadanos. En nuestras manos se encuentra el bienestar de muchos, actuemos con firmeza, con actitud positiva ante la vida, con solidaridad, convirtámonos cada uno en un agente activo de las promisorias cadenas de reciclaje, en un agente activo de las promisorias cadenas por la vida.
/Johannio Marulanda Arbeláez

Decorar a base de aquello que podemos reciclar es una opcion ecologica y a la vez economica.



CAJAS DE VINO Y CAVA










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